parece ser que se ha seleccionado evolutivamente: ayuda a coger mejor las cosas en el agua y es resultado de cambios en los vasos sanguíneos debajo de la piel de estas zonas
Es una respuesta activa de nuestro sistema nervioso simpático, en contacto con la humedad los vasos sanguíneos se contraen y se producen las arrugas en las zonas donde hay huellas dactilares y en las palmas, es como si esas huellas se extendiran aumentando la superficie. Este hecho nos beneficia para realizar tareas en entornos con humedad. Los dedos arrugados nos dan un mejor agarre sobre superficies mojadas, útil cuando nuestros antepasados tenían que recoger vegetales en zonas húmedas o cercanas a ríos o arroyos. En los pies, la ventaja viene dada porque las arrugas aumentan la superficie de agarre para caminar o correr en suelos mojados por la lluvia, por ejemplo.
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